Era un personaje anónimo, gris, pero su polémico caso desencadenó, poco después, la «tolerancia cero» en Nueva York.
Corría 1984 y los habitantes de la ciudad parecían resignados a convivir con la peor ola de violencia que habían conocido.
El 22 de diciembre de ese año, Bernhard Goetz, un ingeniero de 36 años, de raza blanca, delgado y frágil, que ya había sufrido un robo en 1981, subió a un subte en Manhattan. Allí se topó con cuatro adolescentes negros que se dirigían a robar máquinas de videojuegos., Dos de ellos llevaban destornilladores en los bolsillos. El vagón estaba ocupado también por otros 20 pasajeros.
Los adolescentes se aproximaron a Goetz y le pidieron cinco dólares. Goetz simuló no prestar atención, pero uno de los jóvenes, Troy Canty, le pidió directamente: «Dame tu dinero». Goetz se paró, extrajo de su campera un revólver Smith and Wesson calibre 38 y disparó a los miembros de la pandilla. A uno de ellos, Darrel Cabey, que se encontraba sangrando en el piso, le dijo: «Parece que vos no estás tan mal, acá tenés otro»., El último disparo hirió a Cabey en la columna vertebral y lo dejó paralítico de por vida.
Alertado del tiroteo, el conductor del subte detuvo la marcha del convoy entre dos estaciones. Goetz aprovechó para saltar a las vías y escapar. Nueve días más tarde, se entregó.
El juicio a Goetz atrapó la atención de Estados Unidos. Para muchos fue un héroe, para otros un fanático racista. A pesar de que admitió haber efectuado los disparos, el jurado lo halló culpable sólo de cargos menores, entre ellos, posesión ilegal de armas, por lo que fue condenado a ocho meses de cárcel.,
La autoridad de tránsito de Nueva York contrató luego a William Bratton como jefe de seguridad del subterráneo. Su éxito fue tal que cuando Rudolph Giuliani asumió en la alcaldía en lugar de Edward Koch, lo llamó para trabajar con él.
En 1996, «el justiciero del subte» decidió dejar Nueva York.
Fue cuando, tras un juicio civil de Cabey contra él, un tribunal le impuso el pago de 43 millones de dólares en daños. Goetz se declaró en quiebra. En esos casos, la corte embarga el 10% de sus ingresos por 20 años., Sin embargo, es improbable que Cabey reciba alguna vez su dinero: el sistema de salud pública tiene prioridad sobre el dinero que reciba de Goetz, que debe reembolsar al Estado por los gastos médicos que provocó la atención de la víctima.
Goetz se ha dedicado a hacer presentaciones públicas para exponer sus puntos de vista sobre cuestiones referidas a seguridad y hasta trató de convertirse, sin éxito, en alcalde de uno de los suburbios de Nueva York en 2001.,
También asesoró a un comité legislativo en temas espaciales y también incursionó en el cine, en una película de bajo presupuesto llamada «Every move you make» («Cada movimiento que haces»), en la que interpreta a un criminólogo que da consejos de autodefensa a la población. Invitado en 2003 a un programa de la cadena ABC, Goetz hizo una demostración práctica sobre cómo disparar con un arma de fuego escondida en el bolsillo interior de una campera. «Quise colaborar con mis propias ideas para que los ciudadanos puedan defenderse por sí mismos», dijo luego Goetz.,
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