la lobotomía Prefrontal en Evita se realizó para la modificación del comportamiento/personalidad, no solo para el control del dolor

Eva Perón, mejor conocida como Evita, se sometió a una lobotomía prefrontal en 1952. Aunque se dijo que el procedimiento se había realizado para aliviar el dolor del cáncer metastásico, el autor realizó una búsqueda de evidencia que sugiriera que el procedimiento se prescribió para disminuir la violencia y modificar el comportamiento y la personalidad de Evita, y no solo para controlar el dolor., Para dilucidar aún más las circunstancias que rodearon el tratamiento de esta conocida figura histórica, el autor revisó el desarrollo del procedimiento conocido como lobotomía prefrontal y sus tres principales indicaciones: manejo de la enfermedad psiquiátrica, control del dolor intratable del cáncer terminal, y control mental y modificación del comportamiento/personalidad., También se estudió el papel de los neurocirujanos pioneros en el desarrollo de la lobotomía prefrontal, particularmente en Connecticut y en la Universidad de Yale, y se analizaron las condiciones políticas e históricas en Argentina en 1952 y hasta el presente. Evita era la esposa de Juan Perón, quien era el líder supremo del Partido Peronista y presidente de Argentina. En 1952, sin embargo, el gobierno peronista en Argentina era bicéfalo porque Evita lideraba el ala izquierda del partido y dirigía el Partido Peronista Femenino y la Fundación Eva Perón., Fue seguida por un grupo de incondicionales interesados en acelerar la revolución. Evita también sufría de cáncer de cuello uterino metastásico, y su enfermedad aumentó su ansiedad y la llevó a comprar armas para comenzar a entrenar a las milicias de trabajadores. Aunque el propósito aparente era luchar contra los enemigos de su marido, esto se hizo sin su conocimiento. Pronunció ardientes discursos políticos y escribió documentos incendiarios que habrían llevado a un feroz enfrentamiento en el país en ese momento., A pesar de la connotación de mala reputación de las teorías de conspiración, se encontró evidencia de una conspiración política potencialmente siniestra, dirigida por el General Perón, para calmar a su esposa Evita y modificar su comportamiento/personalidad para disminuir su beligerancia, además de tratar su dolor relacionado con el cáncer. La psicocirugía supuestamente tenía la intención de calmar a Evita y así evitar una sangrienta guerra civil en Argentina. Se llevó a cabo en el máximo secreto y contó con la participación de un distinguido neurocirujano estadounidense, el Dr. James L. Poppen, de la Clínica Lahey en Boston., Una entrevista grabada y grabada con un ex enfermero y confidente del Dr. James L. Poppen reveló que antes de la lobotomía en Eva Perón, realizó lobotomías en unos pocos presos en el sistema penitenciario de Buenos Aires. Más tarde, el Dr. Poppen parece haber lamentado su implicación y participación en este triste capítulo de la historia argentina., El tratamiento de Evita al final de su vida estuvo influenciado por circunstancias extraordinarias de tiempo y lugar, pero también involucró cuestiones generales de profesionalismo médico, la ética de la neurociencia y los riesgos de ser manipulado por la laberíntica Política bizantina. Esta historia sirve como un recordatorio de que cualquier médico, incluso uno considerado como uno de los mejores del mundo, puede actuar ingenuamente y convertirse en un peón en un juego que no puede comenzar a comprender.

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