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Notes

2 Benedikt Otzen, Tobit and Judith (London: Sheffield Academic Press, 2002), pp.81-93, es un excelente estudio de la historia y la geografía (que él llama topografía) del libro y los diversos intentos académicos para explicar los elementos problemáticos. Véase también Robert Pfeiffer, History of New Testament Times: With An Introduction to the Apocrypha (Nueva York: Harper, 1949), PP.285-97; sugiere que puede haber un núcleo histórico en el cuento., Toni Craven, Artistry and Faith in The Book of Judith (Chico, CA; Scholars Press, 1983), pp.71-74, discute la «manipulación lúdica» de los hechos históricos y geográficos.

3 Véase, por ejemplo, Moore, Anchor Bible Judith, p. 86, y Pfeiffer, History, p. 302, sobre los elementos judíos del Libro de Judith.

4 Véase Jgs 3: 11 y 30; 5:31; 8:28 (sobre Otoniel, AOD, Débora y Gedeón).

5 Véase Otzen, Tobit y Judith, PP. 74-79, y las referencias adicionales allí.,

6 Jan Joosten, » the Original Language and Historical Milieu of The Book of Judith,» in Moshe Bar-Asher and Emanuel Tov (eds.), Meghillot v-vi: A Festschrift for Devorah Dimant (Jerusalem and Haifa: Bialik Institute and University of Haifa, 2007), pp.159-76, is a recent proponent of this thesis; see too Barbara Schmitz in this volume (Chap. 4) y Claudia Rakel, Judit-Über Schönheit, Macht, und Widerstand im Krieg (Berlín: De Gruyter, 2003), pp.33-40, con las referencias adicionales allí.,

7 Véase Jan Willem van Henten, «Judith as Alternative Leader: a Rereading of Judith 7-13,» en Athalya Brenner (ed.), A Feminist Companion to Esther, Judith and Susanna (Sheffield: Sheffield Academic Press, 1995), pp.224-52, esp. 245-52, para una discusión útil de voces masculinas y femeninas en el Libro de Judit. En general, parece poco probable que el autor de Judith fuera una mujer.

8 es especialmente probable que el autor del Libro de Judit conociera las historias de Heródoto; Véase Mark Caponigro, «Judith, Holding the Tale of Herodoto,» en James C. VanderKam (ed.,), «No One Spoke Ill of Her»: Essays on Judith (Atlanta: Scholars Press, 1992), pp.47-59, y Barbara Schmitz, «Zwischen Achikar und Demaratos – die Bedeutung Achiors in der Juditerzählung,» Biblische Zeitschrift, 48 (2004), pp. 19-38.

9 Véase Pfeiffer, History, PP. 292-95, para una discusión detallada.

10 Otzen, Tobit y Judith, PP.78, 81-87, 96, y 132-35 sondea la opinión académica sobre la fecha de Judith y discute la relación entre el Libro de Judith y la historia y teología Hasmoneas.

11 Carey A. Moore, » Why Wasn’T The Book of Judith Included in the Hebrew Bible?,»en «nadie Habló Mal de Ella», pp 61-71, termina su discusión de la pregunta con el comentario «… el simple hecho es que no sabemos» (p. 66).

12 Véase Roger T. Beckwith, The Old Testament Canon of the New Testament Church and Its Background in Early Judaism (Grand Rapids, MI: W. B. Eerdmans, 1986), p. 275. Todos los rabinos nombrados en el Talmud babilónico Meguilá 7a que niegan la canonicidad de Ester pertenecen al siglo III e.c.

13 Ver Joosten, «Language and Milieu,» pp., 175-76, for the first claim; Sidnie White Crawford, «Esther and Judith: Contrasts in Character,» in Sidnie White Crawford and Leonard J. Greenspoon (eds.), The Book of Esther in Modern Research (Londres: T& T Clark, 2003), pp.60-76, esp. 70-71 para el segundo. Algunos eruditos, por ejemplo, Beckwith, Canon del Antiguo Testamento, esp. PP. 382-85, argumentan en contra de la noción misma de un canon judío Griego separado y señalan que los manuscritos más antiguos de los apócrifos son todos códices cristianos., Estos códices incluyen diferentes libros de los apócrifos, colocados en diferentes lugares, reflejando así los hábitos de lectura cristianos.

14 Cf. Dt 23: 4 (una prohibición expresa de la conversión amonita) y ver Moore, Anchor Bible Judith, p. 87.

15 Craven, Artistry and Faith, PP.117-18; Crawford, «Esther and Judith,» PP. 70 and 73-76.

16 Robert Hanhart, Iudith (Göttingen: Vandenhoeck & Ruprecht, 1979), pp., 7-18, informes sobre la tradición textual de la Septuaginta, latín antiguo y Vulgata Judith, así como versiones hijas del griego en siríaco, armenio, etc.18 Véase Louis H. Feldman, «Hellenizations in Josephus’ Version of Esther,» Transactions of the American Philological Association, 101 (1970), pp. 143-70 (p. 145).

19 Orígenes, Carta a Africanus 19: Ἑβραῖοι τῷ Τωβίᾳ οὐ χρῶνται, οὐδὲ τῇ Ιουδίθ· οὐδὲ γὰρ ἔχουσιν αὐτὰ κἂν ἐν ἀποκρύφοις ἑβραιστί, ὡς ἀπ αὐτῶν μαθόντες ἐγνώκαμεν Nicholas de Lange (ed.), Origène, la lettre à Africanus sur l’histoire, Sources Chrétiennes 302, P. 562)., Esta carta tiene fecha ca. 245 C. e. «Apócrifos» debe entenderse aquí como libros» ocultos «o posiblemente» almacenados», es decir, el más respetado de los libros no bíblicos; véase Beckwith, PP. 325-26 n.30.

20 Jerónimo, Prefacio a Judith (Robert Weber, Biblia Sacra iuxta Vulgatam Versionem), P. 691. Otros manuscritos tienen «Agiógrafa», que parece ser una lectura posterior que intenta colocar a Judith en el contexto de los libros canónicos. En su prefacio al libro paralelo de Tobías (Pág., 676 Weber), Jerónimo habla de los judíos separando la obra del canon bíblico y transfiriéndola a los apócrifos (librum … Tobiae quem Hebraei de catalogo divinarum Scripturarum secantes, his quae Agiografa memorant manciparunt).

21 Jerome, Prefacio a Judith (Weber, P. 691). Esta mención de una versión aramea complica aún más las cosas. Está claro que Jerónimo hizo uso de versiones latinas antiguas del Libro de Judith – y estos textos latinos antiguos fueron traducidos de la Septuaginta – así como su supuesta fuente aramea., Además, Jerónimo introdujo algunos pasajes de su propia composición. Ver Moore, Anchor Bible Judith, PP. 94-101; Otzen, Tobit and Judith, p. 141 y la bibliografía adicional allí.

22 L. E. Tony André, Les Apocryphes de l’Ancien testament (Florencia: O. Paggi, 1903), PP.164-68, es una comparación tabular útil de las versiones Septuaginta y Vulgata de Judith. Véase también Dagmar Börner-Klein, Gefährdete Braut und schöne Witwe: hebräische Judit Geschichten (Wiesbaden: Marix Verlag, 2007), págs. 3 a 11., Leslie Abend Callaghan,» Ambiguity and Appropriation: The Story of Judith in Medieval Narrative and Iconographic Traditions, » in Francesca Canadé Sautman, Diana conchado, and Giuseppe Carlo Di Scipio (eds.), Contar Cuentos: Medieval Narrativas y la Tradición Popular (Nueva York: St Martin’s Press, 1998), pp 79-99, esp. 81-85, discute las formas en que Jerónimo transforma a Judith.

23 Si el Hanukkah sheelta-una homilía sobre la ley judía y la ética-atribuido a Rav Ahai (680-752 C. e.,) es auténtico (=texto 5f; véase el Apéndice A continuación para una lista detallada de textos hebreos Medievales Judith), entonces el relato hebreo más antiguo existente de Judith se remonta al siglo VIII. Véase Samuel Kalman Mirsky, Sheeltot de Rab Ahai Gaon: Genesis, Part ii (Jerusalem: Sura Institute, Yeshiva University and Mossad Harav Kook, 1961), pp.175-76 y Meron Bialik Lerner, «Collections of Tales,» Kiryat Sefer, 61 (1986), pp. 867-72, esp. P. 869 n. 11 para su autenticidad; Ben Zion Wacholder, «Review of Mirsky, Sheeltot de Rab Ahai Gaon,» Jewish Quarterly Review, 53 (1963), pp.257-61, esp. p., 258, piensa que esta historia es una glosa tardía. El texto 2 se puede fechar firmemente al siglo XI, al igual que el texto 10.

24 hay una excepción notable. El comentarista bíblico y filósofo Ramban (Nachmanides 1194-ca. 1270) estaba familiarizado con una versión aramea de Judit, traducida de la Septuaginta, porque cita la versión Peshitta (siríaca) de Jdt 1:7-11 en su comentario sobre Dt 21:14. Él dice que los versículos provienen del rollo de Shoshan (o Susann), aparentemente refiriéndose a un rollo que contiene los «libros de mujeres», Susanna, Ruth, Judith y Ester, que comenzó con Susanna.,

25 See above p. 25 and Crawford, » Esther and Judith.»

27 See however Pierre-Maurice Bogaert, » Un emprunt au judaïsme dans la tradition médiévale de l’histoire de Judith en langue d’oïl,» Revue théologique de Louvain, vol. 31, No. 3 (2000), pp.344-64, esp. PP. 345-46 (y las referencias adicionales allí) para el argumento de que el autor del Libro de Judit Septuaginta ya se refiere sutilmente a Hanukkah., En el siglo XVI, el crítico pensador judío Azarías De ‘Rossi se opuso vigorosamente a la Asociación de Judith con Hanukkah; Véase Joanna Weinberg, The Light of the Eyes: Azariah De’ Rossi (New Haven, CT: Yale University Press, 2001), pp.636-39.28 Günter Stemberger, «la festa di Hanukkah, Il libro di Giuditta e midrasim connessi,» in Giulio Busi (ed.), We-Zo’T le-Angelo: Raccolta di studi giudaici in memoria di Angelo Vivian (Bologna: Associazione italiana per lo studio del giudaismo, 1993), pp., 527-45, discute Hanukkah en el judaísmo rabínico y los diversos cuentos medievales asociados con la fiesta. Mira Friedman, «Metamorphoses of Judith,» Jewish Art, 12-13 (1986-87), PP.225-46, esp. PP. 225-32, trae varias iluminaciones manuscritas y menorahs de Hanukkah que apuntan a la conexión entre Judith y Hanukkah en el arte judío.

32 Dubarle, Judith, passim es el más fuerte defensor de la opinión de que las versiones hebreas Medievales reflejan versiones antiguas anteriores. Véase sin embargo Grintz, Sefer Yehudith, PP. 196-207; Otzen, Tobit y Judith, pp., 138-40 and the further references there for other views.

33 para otras agrupaciones de los cuentos, Véase Israel Adler, «a Janukah Midrash in a Hebrew Illuminated Manuscript of the Bibliothèque Nationale,» en Charles Berlin (ed.), Studies in Jewish Bibliography, History, and Literature in Honor of I. Edward Kiev (New York: KTAV, 1971), pp. i-viii( i-ii); Grintz, Sefer Yehudith, PP.197-98, and Börner-Klein, Gefährdete Braut, passim.

34 el autor del Libro de Josippon (mediados del siglo X C. e.,) aparentemente fue el primer autor judío medieval en traducir y adaptar varias secciones de los apócrifos. Le sigue, entre otros, Jerahme’el Hijo de Salomón (principios del siglo XII. C. e.) y el rabino Eliezer hijo de Asher (mediados del siglo XIV C. e.). Véase E. Yassif (ed.), The Book of Memory: The Chronicles of Jerahme’el (Tel Aviv: Tel Aviv University, 2001), pp .38-40.

35 Bogaert, «Un emprunt,» pp., 353-58, proporciona evidencia indirecta interesante para la circulación de tales Hanukkah – Judith midrashim en la Francia del siglo XIII, porque demuestra cómo la Chevalerie de Judas Macchabée de Gautier de Belleperche incorpora elementos de las historias hebreas.

36 Véase Grintz, Sefer Yehudit, PP.205, 207-08.

37 Rashi en el Talmud babilónico Shabat 23a; Tosafot en el Talmud babilónico Meguilá 4a.

38 Nissim Ben Rubén en Alfasi, Shabat 10a (en el Talmud babilónico Shabat 23B).

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