Notarás las primeras contracciones del embarazo muy pronto. Estas son las contracciones de Braxton Hicks, con las que el útero se prepara para el parto mucho antes de la fecha prevista para el mismo.
Desde el punto de vista fisiológico, el útero es un músculo grande cuya actividad, a diferencia de otros músculos, no puedes controlar. Durante una contracción, este músculo se contrae automáticamente. El mecanismo por el que se desencadenan las contracciones no está del todo estudiado.,
Los médicos y científicos solo conocen algunos datos al respecto, como que la oxitocina, la hormona de la sexualidad y de las contracciones, es indispensable para que estas funcionen. Cuando las contracciones son insuficientes y se bloquea el parto de forma permanente, se puede administrar por vía intravenosa la variante sintética de la oxitocina, el Syntocinon.
Desde el punto de vista médico, las contracciones se dividen en contracciones del embarazo y contracciones del parto., A excepción de las verdaderas contracciones prematuras, que indican un parto prematuro o un aborto, las contracciones del embarazo son totalmente inofensivas para el bebé y para la continuidad del embarazo.
Contracciones de Braxton Hicks: entrenamiento a largo plazo para el parto
Las primeras contracciones que sentirás son las contracciones de Braxton Hicks, que deben su nombre a su descubridor, el ginecólogo británico Braxton Hicks. También se las conoce como «contracciones falsas».,
La mayoría de mujeres las siente por primera vez a la mitad del embarazo, entre las semanas 20 y 25, pero algunas empiezan a notarlas antes. La musculatura del útero se contrae durante un lapso de tiempo de entre medio minuto y un minuto. Mientras dura la contracción, el vientre se pone muy duro. Las contracciones de Braxton Hicks:
- Son relativamente indoloras.
- Son irregulares.
- Remiten lentamente.
Las contracciones de Braxton Hicks no influyen en el orificio uterino, ya que este se dilata con las verdaderas contracciones del parto., Por regla general, estas contracciones no se presentan más de tres veces por hora y no suelen intensificarse.
Contracciones previas: tu cuerpo hace los últimos preparativos para el parto
Si este es tu primer hijo, alrededor de la semana 36 de embarazo notarás probablemente un dolor abdominal intenso, acompañado de dolor en la espalda y en la ingle. Se te pondrá el vientre muy duro, y el útero y el bebé presionarán la vejiga con fuerza.,
Con estas sensaciones físicas notarás las contracciones previas, con las que tu cuerpo hace los últimos preparativos para el parto inminente. Hasta el inicio del parto en sí aún pueden pasar días o semanas. Las madres experimentadas lo saben y suelen notar estas contracciones un poco antes que las primerizas. Las contracciones previas típicas:
- No son muy dolorosas, al igual que las de Braxton Hicks.
- Aparecen a intervalos irregulares.
- Van remitiendo paulatinamente y desaparecen.,
Dolores de encajamiento: el bebé se coloca para el parto
A menudo, las contracciones previas se convierten directamente en contracciones de encajamiento más dolorosas. Con las primerizas, estas tampoco suelen aparecer antes de la semana 36. Estas contracciones empujan la cabeza del bebé hacia abajo, hasta la pelvis, para que se coloque en la posición definitiva para el parto.
Si estos dolores te atormentan mucho, un baño caliente te aliviará., Además, constituyen una buena ocasión para practicar las técnicas de respiración, que ya conoces del curso de preparación al parto. Si no estás segura de si estas contracciones ya están iniciando el parto, habla con la comadrona o con el médico.
Los dolores de encajamiento alivian a la madre en algunos aspectos durante la última fase del embarazo. En cuanto la cabecita del bebé se pose en la pelvis menor, te costará menos respirar y comer. No obstante, a partir de ahora notarás intensamente la presión de la cabeza del bebé en el suelo pélvico cuando te sientes.,
Contracciones prematuras: pueden aparecer en cualquier estadio del embarazo
A diferencia de las demás contracciones del embarazo, las prematuras no son inofensivas, ya que pueden provocar un parto prematuro., Los posibles síntomas son:
- Más de tres contracciones por hora antes de la semana 36 de embarazo
- Dolores que se intensifican
- Contracciones a intervalos cada vez más cortos
- Contracciones combinadas con flujo vaginal acuoso o sangriento o bien con dolor de espalda
Si notas uno o más de estos síntomas, acude al médico de inmediato. Las contracciones prematuras pueden indicar que te has excedido física o mentalmente y que deberás relajarte hasta que termine el embarazo.,
El descanso, la tranquilidad y el magnesio ayudan con estas contracciones. Si esto no tiene efecto, probablemente te ingresarán en el hospital. Los médicos harán todo lo que esté en su mano por mantener el embarazo el mayor tiempo posible mediante inhibidores de las contracciones, entre otros medios.
Contracciones de dilatación: el parto anuncia su llegada
El proceso del parto empieza con las contracciones de dilatación, con las que el útero se contrae a intervalos regulares, cada vez más cortos., Al principio, estas contracciones recuerdan al dolor menstrual y su intensidad va aumentando paulatinamente. Las contracciones de dilatación abren el orificio uterino, hasta ahora cerrado, hasta unos diez centímetros para que el bebé pueda nacer. Las contracciones de dilatación:
- Aparecen regularmente, al principio a intervalos irregulares, después cada diez minutos más o menos y, por último, cada dos minutos y medio o incluso más a menudo.
- Duran alrededor de un minuto y medio cada una.
- Empiezan siendo leves, alcanzan un punto álgido y se debilitan paulatinamente.,
No tienes por qué ir inmediatamente al hospital cuando aparezcan las primeras contracciones de dilatación. De hecho, muchas comadronas recomiendan a las futuras madres que se queden en casa el máximo tiempo posible para recobrar fuerzas para el parto. Es momento de avisar a la comadrona o de dirigirse al hospital cuando una de las contracciones de dilatación dure entre un minuto y un minuto y medio, si ya no te sientes a gusto en casa o si necesitas instrucciones para respirar o un analgésico., Independientemente de la intensidad y de la duración de las contracciones, tendrás que ir inmediatamente al hospital cuando se rompa el saco amniótico.
Contracciones de presión: el bebé quiere salir
Cuando empieza la fase de expulsión ya no podrás resistir más el deseo de empujar. Las contracciones de presión empujan al bebé a la salida de la vagina, que es el punto más estrecho del canal del parto. Una vez que la cabecita ha pasado este punto, el resto del cuerpo se suele deslizar sin problemas con ayuda de algunas contracciones más., Pocos minutos después sostendrás a tu hijo en brazos por primera vez.
Contracciones posteriores: ahora se desprende también la placenta
A continuación, con ayuda de las contracciones posteriores, también se desprende la placenta. En comparación con las verdaderas contracciones del parto, estas son mucho más débiles y se parecen más bien a un dolor menstrual intenso. Las contracciones posteriores suelen durar entre diez y 15 minutos.
Si le das el pecho al bebé, esto también provoca contracciones en el útero, con las que se detienen las hemorragias., La responsable de esto es la hormona de la lactancia y de la sexualidad, la oxitocina, cuya producción se fomenta mediante el reflejo de succión del bebé al mamar.
La oxitocina es importante para la subida de la leche y, al mismo tiempo, favorece la involución uterina. De esta manera, previene hemorragias posteriores e inflamaciones del útero, lo que se conoce como endometritis. A causa de los efectos de la oxitocina, varios días después del parto seguirás sintiendo estas contracciones de forma aislada.