¿Qué es la testosterona?
La testosterona es una hormona que se produce en los testículos de los hombres. Pertenece al grupo de los andrógenos, también llamados esteroides o esteroides anabólicos. Se trata de la hormona masculina más importante, ya que influye en el mantenimiento de los huesos y músculos, en la producción de espermatozoides y glóbulos blancos, en el mantenimiento del deseo sexual, en el estado de ánimo, en la distribución del vello corporal, en la distribución de la grasa, en las funciones cognitivas…, La testosterona promueve la síntesis proteica y hay estudios que la relacionan también con la sensibilidad a la insulina, el metabolismo de la glucosa y los lípidos.
A medida que se envejece, la producción de testosterona se va haciendo inferior y sus niveles disminuyen de forma progresiva.
A pesar de la creencia popular, la testosterona no es exclusiva de los hombres, ya que también está presente en el organismo femenino, aunque en una proporción mucho más baja, pues sus efectos principales están relacionados con el sexo masculino., En las mujeres está relacionada con aspectos como el humor, el apetito sexual y la sensación de bienestar.
Efectos fisiológicos
La testosterona aparece durante la vida fetal, en la que los testículos del feto son estimulados por la placenta de la madre para que se produzca la testosterona, proceso que continúa aproximadamente hasta las diez semanas después del nacimiento. Después de este periodo, y a lo largo de la niñez, apenas se sigue produciendo esta hormona., Entre los diez y los trece años, al comienzo de la pubertad, se produce un estímulo en el cerebro que vuelve a hacer que la producción de testosterona aumente de forma considerable, y se mantiene durante la mayor parte del resto de la vida (aunque en los últimos años de vida adulta descienden).
La testosterona influye también en el cerebro, dando lugar a cambios claves. Entre ellos, en la producción de dopamina: ciertas áreas del cerebro son muy dependientes de la testosterona a la hora de producir la dopamina, un potente antidepresivo natural., También guarda relación con la acetilcolina, un neurotransmisor de la memoria, haciendo que esta mejore, y la memoria a su vez participa en prácticamente todos los procesos cerebrales. La cognición o capacidad de pensar está relacionada directamente con la testosterona, especialmente en los hombres jóvenes y de edad avanzada, aumentando el procesamiento espacial. Asimismo, los niveles bajos de este andrógeno suelen estar vinculados a la depresión y a la ansiedad.,
Se han realizado múltiples estudios sobre la relación entre la agresividad y el nivel de testosterona, pero este vínculo sigue sin estar claro.
Bioquímica
La testosterona que se genera en su mayor parte (en torno al 95 por ciento) en los testículos, gracias a las llamadas células de Leydig, aunque también se sintetiza en otros tejidos. En las mujeres se sintetiza en las células de la teca de los ovarios y en la placenta, aunque en cantidades menores. Es derivada del colesterol, al igual que otras hormonas esteroideas., Y, como la mayoría de hormonas, se transfiere a la sangre, donde viaja ligada a la globulina fijadora de hormonas sexuales y a la albúmina.
Usos médicos de la testosterona
Es normal que con la edad desciendan los niveles de testosterona pero, si estos son más bajos de lo que deberían, los médicos pueden recomendar la terapia con testosterona. Se emplea un medicamento basado en testosterona artificial, que se aplica generalmente en la piel, a través de inyecciones o mediante implantes.,
Aunque repercute en el aumento de los niveles de esta hormona, también puede suponer una serie de riesgos que hay que valorar. Entre los más comunes están el aumento de la cantidad de glóbulos rojos (que podría derivar en un accidente cerebrovascular o en coágulos de sangre), acné y otros problemas cutáneos, empeoramiento de la apnea del sueño si se padecía previamente, aumento del tamaño de las mamas tanto en el caso de las mujeres como en hombres, retención de líquidos o disminución del colesterol HDL, el llamado colesterol bueno.,
En ciertos casos puede dar lugar también al crecimiento de la glándula prostática, motivo por el cual es imprescindible hacerse una exploración o análisis para detectar un posible cáncer de próstata antes de empezar el tratamiento. En caso de que se haya tenido un cáncer de próstata con anterioridad, no se puede seguir esta terapia.
Del mismo modo, no es aconsejable que los niños y las mujeres embarazadas o lactantes entren en contacto con este medicamento, ya que los riesgos son más altos., Y en cualquier caso, cuando se sigue la terapia con testosterona es necesario seguir las recomendaciones del medicamento (son diferentes en función del tipo de testosterona que se utiliza) y realizarse chequeos médicos de forma regular.